Hazmieh (Líbano), 14 oct (EFE).- En un campo de fútbol sala apenas a cuatro kilómetros de los suburbios beirutíes más castigados por las bombas de Israel, el barcelonés Paco Araujo entrena a un grupo de niños con su pasión habitual, mostrando una resiliencia que dice haber aprendido de los libaneses durante sus 13 años en el país.