FC BARCELONA

Los Boixos Nois, la cara catalana del fenómeno ultra

Los Mossos creen que el grupo radical aumentará su actividad cuando el Barcelona vuelva al Camp Nou

Así rindieron tributo a Núñez Los Boixos Nois

 Los Boixos Nois se acercaron al Camp Nou para rendir tributo a Núnez / @totcosta

Germán González

El fenómeno ultra está en el foco en los campos de fútbol de toda Europa y Catalunya no es una excepción. Hace unos días, una operación conjunta entre Mossos d'Esquadra y Policía Nacional permitió detener a 17 personas que participaron en una pelea tumultuaria el pasado 23 de junio antes del partido de fútbol entre el RCD Espanyol y el Real Oviedo en Cornellà-El Prat. Cinco arrestados eran ultras del Oviedo y un juzgado de esta localidad les impuso como medida cautelar la prohibición de entrar al Nuevo Carlos Tartiere los días de partido.

No es un hecho aislado. Los incidentes del Frente Atlético que obligaron a parar el Atlético de Madrid-Real Madrid del pasado 29 de septiembre o los disturbios generados por seguidores del Anderlecht contra la policía en Anoeta en un partido de la Europa League son ejemplos de que el fenómeno ultra sigue muy vivo.

"Es un problema que se ha extendido y Catalunya no es una excepción", destacan fuentes policiales, quienes señalan que los Boixos Nois son el grupo mayoritario ultra y capitalizan la mayoría de incidentes. Y eso que desde que el conjunto azulgrana juega en el estadio Lluís Companys de Montjuïc los Boixos Nois están más "tranquilos" y han bajado su actividad. "No tienen sus puntos de encuentro habituales y no se organizan tanto antes de los partidos", han explicado a este medio desde Mossos, que consideran que la situación puede cambiar cuando el Barça vuelva al Camp Nou.

En este sentido, los agentes señalan que los ultras van al estadio y entran de forma individual, ya que algunos son socios, aunque están prohibidos sus símbolos en la grada. Una situación que no pasa en otros campos de fútbol, como se pudo ver en Mónaco, cuando grupos de ultras exhibieron una pancarta con simbología nazi de exaltación al técnico alemán del Barça, Hansi Flick.

Por este incidente con la pancarta al entrenador azulgrana la UEFA castigó al club azulgrana con una multa de 10.000 euros y la prohibición de que los seguidores azulgranas puedan desplazarse a un partido a domicilio en la Champions. El Barça cumplirá dicha sanción en el desplazamiento a Belgrado para enfrentarse al Estrella Roja.

'Una forma de vivir'

Imagen de archivo de los Boixos Nois en un desplazamiento del Barça

Imagen de archivo de los Boixos Nois en un desplazamiento del Barça / Paredes

"Aunque puede que ahora estén más parados, los Boixos Nois siempre estarán. Es una forma de vivir", señalan fuentes policiales. Por eso consideran que cuando el Barça regrese a disputar sus partidos en el Camp Nou, una vez acabada la reforma, volverán a incrementar su actividad. Eso no quiere decir que los Mossos no estén atentos a posibles convocatorias para pelearse con aficiones rivales, como pasó en abril con la del PSG cuando vino a Barcelona en un partido de la Champions.

Los agentes también remarcan que los Boixos suelen desplazarse a los campos de aficiones rivales, como se ha visto en los partidos en competición europea del Barça, y que puede que tengan algún enfrentamiento con ultras de esos equipos. Así ocurrió en noviembre de 2022, cuando asaltaron un bar con aficionados radicales de Osasuna en Pamplona, una causa que ha quedado archivada recientemente tras haber 13 investigados por este enfrentamiento.

La policía establece dispositivos previos de control los días de partido para evitar peleas y requisa cualquier objeto que pueda ser peligroso o muestre un tipo de ideología prohibida por su contenido discriminatorio. Sin embargo, los Mossos recuerdan que dentro de Boixos Nois hay una amplia variedad de grupos con ideología muy diferente que adoptan a veces estética similar. En este sentido, señalan que hay desde independentistas a los ultras de extrema derecha "más violentos que no son los mayoritarios".

También hay facciones, como los Casuals, que se dedican de forma organizada a cometer delitos, tal y como se ha investigado por varios juzgados. Precisamente en junio de 2023 los Mossos realizaron una operación contra este grupo con la detención de más de una veintena de personas, entre ellas los principales líderes. Uno de los delitos atribuidos fue el ataque del bar Los Cazadores que había sido punto de encuentro de Brigadas Blanquiazules, los radicales del Espanyol.

En todas las categorías

Aunque Boixos capitaliza el colectivo ultra en Catalunya, el fenómeno también está presente en otras categorías "inferiores del fútbol", destacan desde los Mossos. En el área metropolitana, tienen identificados a grupos como Desperdicis del Sant Andreu, Eskapulats del Europa o los Cornehools del Cornellà. "Puede que los tres tengan ideología similar (cercana a grupos antisistema), pero cuando hay partidos entre sus equipos puede haber incidentes", destacan los policías.

Además, indican que han tenido peleas contra ultras de otros clubs, como los del Frente Orellut del Castellón, que son más cercanos a la extrema derecha. En diciembre de 2022, los Mossos detuvieron a diez aficionados radicales del UE Cornellà por agredir a ultras del Castellón en septiembre del mismo año, poco antes de un partido entre los dos equipos. También remarcan que las Brigadas Blanquiazules del Espanyol ya no tienen apenas actividad. 

Muchos de estos grupos atraen a personas jóvenes que siguen por redes sociales cuentas de incidentes entre aficiones o de un equipo concreto. "Suelen copiar formas de vestir y de actuar", destacan fuentes policiales, quienes aseguran que controlan siempre la evolución de estos aficionados para evitar que se radicalicen. Precisamente, la presencia de las nuevas tecnologías ha permitido aumentar la interacción de estos colectivos y la difusión de mensajes ultras vinculados a ideología xenófoba o racista.

Fútbol e ideología

Desde Mossos señalan que con el fin de la pandemia por Covid ha habido un incremento del 'hooliganismo' radical en toda Europa. El fenómeno ha aparecido en países en los que no era tan habitual como Bélgica, Suiza o Polonia. La violencia puede generarse en los desplazamientos que realizan estos equipos por diferentes estadios, en los que no únicamente hay enfrentamientos, amenazas, insultos o lanzamiento de objetos fuera del campo sino dentro. Aquí también se encienden bengalas aumentando el riesgo para el resto del público.

Según el estudio 'los Grupos Urbanos Violentos y los delitos de odio', de Joan Ramon Caballero, la Policía Nacional contabilizó que en España había 47 grupos hooligans presentes en todas las categorías de fútbol desde 2017. Todos tenían vínculos con organizaciones nacionalsocialistas o de ultraizquierda que cada vez se han polarizado más, lo que ha generado que queden para enfrentarse o más violencia en las peleas, al tener un componente ideológico detrás.

En este sentido, el mismo estudio remarca que cada grupo violento tiende a proyectarse mediante la simbología que expresa su apoyo a unos ideales extremos: "Esto lo vemos mucho en el fútbol, cuando una pancarta política de los 'hooligans' quiere expresar también que es parte de los colores del club. Hacen una combinación simbólica donde política y fútbol están unidos".

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