El caño de Messi que eloqueció a Guardiola

El argentino se deshizo de Milner con una facilidad pasmosa ante la presencia del de Santpedor en la grada

El caño de Messi a Milner y la reacción de Guardiola

El caño de Messi a Milner y la reacción de Guardiola / Champions League

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FC Barcelona y Manchester City quedaron emparejados en el sorteo de los octavos de final de la Champions League de la temporada 2014/15. Los blaugranas se impusieron al combinado de la Premier League en la ida disputada en el Camp Nou por 1-0 y en la vuelta, con el Etihad Stadium como escenario, por 1-2 logrando, así, un billete hacia los cuartos de final de la máxima competición europea de clubes y eliminar al PSG, al Bayern en las semifinales y a la Juventus en la final para alzar la quinta Copa de Europa de la historia del club.

En el encuentro disputado en la capital catalana, se pudo ver como en las gradas del Estadi culé se acercó un ilustre protagonista: Pep Guardiola. Acompañado por su padre Valentí y su íntimo amigo Manel Estiarte, vibraron juntos en un encuentro apasionante. Acostumbrado a ver a su Barça desde el banquillo, hacerlo desde la grada dos años después de cerrar su etapa en el FC Barcelona fue, cuanto menos, especial.

Hubo un momento del partido en el que el tiempo se detuvo. Un 'ohhh' al unísono recorrió todos los asientos del Camp Nou, algunos aficionados se levantaron estupefactos y otros se llevaron las manos a la cabeza. Hablamos del famoso caño que le hizo Leo Messi a James Milner.

La realización televisiva captó cómo vivió este momento el técnico de Santpedor. Incrédulo ante lo que acababa de presenciar, se llevó las manos a la cabeza. Pep se puso en la piel de un aficionado cualquiera, que se tenía que 'conformar' con ver a Messi una vez por semana, dos en el mejor de los casos. Guardiola disfrutaba de él día tras día. Entrenamiento tras entrenamiento, partidillo tras partidillo.

Sin embargo, en aquel momento se puso en la piel del socio abonado que se desplaza cada dos fines de semana al Camp Nou de manera litúrgica para disfrutar durante 90 minutos del juego de su equipo de fútbol. Sin duda, una acción memorable por la estética y plasticidad del movimiento, pero que perdurará en la memoria por la reacción del entrenador catalán al verla desde su asiento en la grada del Camp Nou.