La 'luctuosa' reacción de Gazzaniga: "¿Ahora qué? Muerto..."

A Paulo Gazzaniga le debía una el fútbol. Se erigió como el héroe del Girona en París... hasta que cometió el error que propició el tanto final de Nuno Mendes. Había mantenido a su equipo a flote durante todo el partido, protagonizando atajadas de mérito, pero la suerte no estuvo de su lado y encajó un gol de una forma demasiado cruel.

¡Se rompe Tsygankov!

Ante el Feyenoord en Montilivi tenía la oportunidad de resarcirse. De olvidar ese error que tanto daño hizo al equipo y a todos los aficionados que se desplazaron hasta París para acompañar a los suyos y vivir en primera persona el estreno en la Champions League.

El Girona salió tan echufado al partido que apenas tuvo que participar bajo palos. Llegó el gol de David López y parecía que lo tenían todo de cara para asegurarse sus primeros tres puntos en la máxima competición europea. Sin embargo, la lesión de Viktor Tsygankov fue la primera de las señales de que la mala fortuna o el mal fario atacó al Girona de nuevo.

Un libre directo que remató muy bien Timber y rozó en Yangel abrió la veda. Un gol que supuso un tremendo jarro de agua fría para los de Míchel, que apenas diez minutos después encajó el segundo, de Milambo, tras aprovechar un error en salida de David López.

DE VILLANO A HÉROE EN MONTILIVI

Y solo tres minutos más tarde, Paulo Gazzaniga se equivocó y cometió un error de bulto que a punto estuvo de costarle muy caro al Girona. La presión del Feyenoord era altísima, y al arquero argentino no se le ocurrió otra cosa que jugar el balón desde atrás, cedérselo a Iván, que venía recibir encimado y de espaldas, en el área pequeña. Recuperó el rival y al centrocampista no le quedó otra que cometer penalti.

De marcarlo, el Feyenoord se vendría muy arriba y el Girona se hundiría aún más. Sin embargo, 'Gazza' se redimió y enmendó su error con una atajada de mérito, leyendo a las mil maravillas el lanzamiento de Ueda. Eso sí, tras esa heroicidad, el guardameta dedicó unas palabras al '9' japonés que las cámaras captaron a la perfección. "Andá, andá", dijo primero a uno de sus compañeros, para que se reactivara y no perdiera la concentración, ya que el Feyenoord iba a sacar de banda.

Justo después, aparentemente Ueda le dijo algo y él no dudó en responder: "¿Ahora qué? Muerto...", se leía en sus labios. Está claro que su enorme personalidad no pasa desapercibida.